El asunto de la drogadicción no es un asunto menor o que se ponga en la mesa de debates porque Donald Trump marque la agenda. Es un problema que afecta a las familias, más que afectar en varios casos las destruye. A ojo de buen cubero y más allá de las cifras oficiales, en cada localidad hay cientos de adictos, tan solo en la calle donde vives no hay quien se escape de caer en esas redes. Mucho o poco consumo lo cierto es que se da. Puede ser desde alcohol, cigarro, cannabis, metanfetaminas, cocaína, heroína, éxtasis, cristal, fentanilo y aquellos que por su costo los adquieren a módicos precios como lo es el tradicional resistol.
La Organización Mundial de la Salud, en 1999, define como droga “toda sustancia que al ser introducida a un organismo vivo y actuar sobre su sistema nervioso central, puede modificar una o varias de sus funciones físicas y psíquicas”, por ejemplo, su estado de ánimo, su pensamiento, su forma de actuar y coordinación motora.
De lo anterior partimos para hacer un breve análisis de dicha afectación.
Este asunto si no alarmante, sí es de una gran preocupación que en el estado de Puebla según las cifras oficiales aumente 10 por ciento cada año el índice de consumidores de drogas. Incidiendo principalmente en los sectores infantil y juvenil, aunque los adultos no escapan a esta cifra.
Aunque hay que señalar que este consumo se debe a la facilidad para adquirirlas.
Se señala que se pueden adquirir en mercados, bares y hasta en las propias escuelas, espacios como las tiendas de conveniencia, con horarios corridos; también es un lugar para adquirir algunas de las mencionadas.
Ya que tienen adicciones, muchos de los jóvenes aún pueden salvarse. El sector salud tiene lugares con ese fin, aunque los más comunes son los centros autónomos que tienen sus asegunes, debido a que no tienen condiciones adecuadas, falta de espacios, de personas profesionales, como psicólogos, médicos generales, terapeutas, etc. Por ello son muy señalados en varios casos como negocios de particulares, donde para su ingreso, piden una cuota para la valoración médica, que surtan una despensa mensual, provean de ropa y otras cosas.
En el caso de las oficiales tienen hasta una línea de la vida que atienden a distancia. Hablando de lo oficial la Dirección Nacional de Epidemiología tiene una página que ilustra claramente los índices de consumo en cada estado, qué porcentaje de determinada droga se consume y muchos datos estadísticos.
Sin embargo, la carrera siempre la ganan los consumidores de la droga y, sobre todo, quienes se dedican a comercializarlas en menor o mayor medida y si no basta analizar lo que está ocurriendo en la relación bilateral, donde el presidente de Estados Unidos un día acusa a México y al otro día igual de ser los proveedores a través de las organizaciones de narcotráfico de drogas como el fentanilo que es el de moda. Y de aquí para allá la presidenta señala que no se ven visos claros en la necesidad de evitar que los estadounidenses sigan con el consumo día a día.
DROGAS
LA REPERCUSIÓN EN LA FAMILIA
Repercute cual canción
estribillo mal oliente
odio mirar a mi gente
aspirando con fruición
hambre, dolor, frustración
por la política impía
carga que llevan al día
lacerando su familia
que ningún calor en tibia
sufriendo cruel tiranía