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jueves, marzo 28, 2024

Val’Quirico: Una mirada desde el consumo del capital cultural extranjero

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Viví a menos de 20 kilómetros de Val’Quirico.

Desde hace muchos años he percibido este sitio como una puerta a una cultura desconocida.

Val’Quirico se presenta como una entrada a la cultura europea en un contexto histórico anacrónico. Posiblemente represente la oportunidad de conocer un pueblo medieval europeo donde se puede acceder a la gastronomía de dicho continente, siendo un sitio escondido en un pequeño rincón entre Puebla y Tlaxcala.

Varias personas conocen este sitio y asisten los fines de semana o en ocasiones especiales para consumir en un espacio rural, o al patrimonio cultural de algo localmente inaccesible para la cultura mexicana.

Desde un punto de vista local, Val’Quirico podría representar la entrada a una cultura ajena, extranjera, en un espacio privado donde no se presentan las mismas problemáticas de mercantilización cultural propia.

Es decir; si comparamos la tursitificación de un pueblo que ha sufrido un proceso de gentrificación como es el caso concreto de los centros históricos de la mayoría de las ciudades patrimoniales y turísticas en México.

El resultado representa la segregación socio-espacial y la privatización de la vida cotidiana, ya que los campesinos, que en los casos más determinantes son indígenas, terminan siendo mano de obra y empleados domésticos de los Centros Comerciales.

En este sentido, Val’Quirico representaría un espacio privado desde finales del siglo XX, pero no podría representar una comunidad cultural donde ha habido procesos de gentrificación o desplazamiento simbólico y cultural a comparación con la idea de turistificación y mercantilización que promueve un Pueblo Mágico, por ejemplo, o la privatización de zonas restringidas como los Country Clubes.

En el caso del Country Club de Yucatán se conoce que además de contar con campos de Golf, cuenta con una serie de cenotes privatizados para consumo local y restringido o segregado por medio de muros o incluso vigilancia privada. Donde sin invitación previa o registro, es imposible acceder.

A 20 kilómetros de Val’Quirico se encuentra la comunidad italiana llamada Chipilo. Algunas personas de esta comunidad de descendientes italianos, que fue fundada en 1882 y que todavía conservan su lengua originaria (véneto), suelen viajar a Val’Quirico en bicicleta por un camino de terracería que lo acota a 10 kilómetros en línea recta.

Chipilo es un lugar que además de conservar su lengua originaria conserva prácticas culturales como las festividades, leyendas, cantos en véneto, gastronomía italiana del siglo XIX, entre otras actividades y estrategias que ayudan a la preservación casi intacta de la cultura a pesar de encontrarse rodeada de pueblos nahuas y mestizos hablantes del español.

Desde una perspectiva local, Val’Quirico podría presentarse como un reflejo que cubre necesidades culturales de la gente local y los descendientes del pueblo italiano.

Otro aspecto importante es considerar que en México es común encontrar lugares aislados o Haciendas que son visitadas por turistas locales y destinadas para descanso, como son cabañas privadas en medio del bosque y que representan un espacio de descanso restringido por el consumo local con temáticas culturales desde el enfoque prehispánico, medieval y colonial.

Desde un punto de vista crítico y con enfoque local del objeto de estudio. Considero que Val’Quirico representa la proliferación de un complejo arquitectónico tan elaborado y la estrategia comercial bien pensada para representar un pueblo medieval europeo en México y que quizás este enfoque siendo visto desde la mirada europea represente una amenaza cultural.

A propósito de Chipilo y su capital cultural, el próximo 30 de julio estaremos en el Aniversario de los 140 años de hermandad entre el pueblo de Segusino, Italia y Chipilo, Puebla. Los artistas poblanos Iván y Omar Galeazzi del proyecto Colori Chipilo inaugurarán un mural cultural con la temática del encuentro de dichas culturas. Su servidora estará representando un enfoque del muralismo mexicano como parte del Colectivo “Arte Tiempo Textil” el cual integramos desde hace cinco años con el artista Raf Rossell, creador de El mural de Huauchinango, El vuelo Férreo de Carranza y el mural Camino de No Retorno: el cual permanecerá exhibido en un espectacular en la Plaza Mayor de Salamanca, España los próximos meses.

¡En hora buena para la cultura y el arte!

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