Esta semana recibimos una noticia que estábamos esperando desde hace poco más de dos años cuando empezó la pandemia: se ha terminado la fase de emergencia por la Covid-19.
En este momento se ha mantenido una reducción sostenida de los casos por coronavirus durante tres meses seguidos, así como una disminución considerable en la cantidad de hospitalizaciones y muertes por la enfermedad que provoca.
Esto ha cambiado la situación epidemiológica que está enfrentando el país: estamos transitando de la pandemia a un “estado endémico”, pero ¿qué significa eso?
Primero hay que entender que una epidemia, de acuerdo con la OPS (Organización Panamericana de la Salud), es el aumento extraordinario del número de casos de una enfermedad específica, dentro de una población y periodo determinado.
Mientras que la pandemia sucede cuando la epidemia se propaga por varios países, continentes o todo el mundo, afectando a un gran número de personas y es considerada como una emergencia que requiere de atención extraordinaria de los sistemas de salud para poder atender y prevenir por las olas de contagios que se generan.
Para llegar al final de una pandemia, es necesario pasar por su última fase, la transmisión reducida, que se consigue a través de la inmunidad de la población, ya sea la que adquirió por la enfermedad o la que obtuvo por medio de la vacunación, y que es justamente donde nos encontramos ahora.
Actualmente, estamos pasando por la transición hacia una endemia, que es la presencia constante de casos de una enfermedad en una población y área geográfica en específico.
Esto quiere decir que, en nuestro país, la enfermedad ocasionada por el SARS-CoV2 se está convirtiendo en una enfermedad regular y controlada que se presentará constantemente en determinadas temporadas y regiones.
¿Esto significa que ha llegado realmente el final de la pandemia en México?
Por una parte, sí. Ya ha concluido la fase de emergencia por la Covid-19 que tenía que ver con la atención prioritaria de la pandemia.
Pero, aunque ya ha pasado lo peor, no quiere decir que el virus haya dejado de existir. Seguiremos viviendo con él y tendremos que adaptarnos a una nueva etapa.
Los grandes avances en la aplicación de las vacunas, la atención y respuesta de los sistemas de salud, así como la cooperación por parte de toda la población en mantener las medidas de prevención, nos permitirán, después de dos años, entrar a una nueva normalidad.
Ahora y poco a poco, podremos regresar a nuestras actividades cotidianas, como lo hacíamos anteriormente. Todas las actividades se irán reactivando con el paso del tiempo y disfrutaremos de actividades que por mucho tiempo tuvimos que pausar.
Es un gran paso para nuestro país. Ya estamos cruzando la recta final de esta pandemia.
Hay que ser muy precavidos y poner en práctica las lecciones que hemos aprendido a lo largo de estos dos años. Aunque ya no sea obligatorio, podemos mantener la práctica de las medidas de higiene, así como asegurarnos de completar todo nuestro esquema de vacunación para prevenir el contagio de Covid y otras enfermedades.
Aunque estamos en el último tramo de esta carrera y hay que dar un último empujón, si hay algo que está muy claro es que la vida ya está regresando.
