Una de las dudas más frecuentes de las personas que han contraído el virus del SARS-CoV-2 y uno de los miedos más frecuentes de las personas que no se han contagiado, son las secuelas de la enfermedad, de las que hasta hace poco había información muy escasa.
Pero recientemente se publicó un estudio que nos ha ayudado a comprender más sobre este síndrome a largo plazo. La investigación estuvo a cargo de Sandra Lopez-Leon, Talia Wegman-Ostrosky, Carol Perelman, Rosalinda Sepulveda, Paulina A. Rebolledo, Angelica Cuapio y Sonia Villapol, además de otros médicos de México, Estados Unidos y el resto del mundo.
Durante toda esta pandemia, la mayoría de los esfuerzos y los estudios se han centrado en la prevención, el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Se ha tratado a los pacientes durante la etapa aguda de la enfermedad, es decir, cuando están enfermos.
No obstante, con el paso del tiempo ha sido más recurrente escuchar que las personas, que en algún momento se infectaron con el virus, siguen presentando signos y síntomas, aún semanas o meses después de superar la enfermedad.
El estudio reveló que 80 por ciento de quienes se enferman de COVID presentarán, al menos, uno de los 50 síntomas a largo plazo.
Identificaron que los síntomas reportados con mayor frecuencia son: fatiga, dolor de cabeza, trastorno de la atención, pérdida de cabello y disnea, por mencionar los más recurrentes en la lista de estas 50 secuelas.
Este estudio nos brinda una visión global sobre la situación que estamos viviendo actualmente, a qué nos enfrentaremos en los próximos meses y claridad sobre los efectos del COVID a largo plazo.
Ahora más que nunca debemos comprender que esta enfermedad no se termina después de 14 días. Auun hay muchos síntomas que pueden presentarse después de la enfermedad y que todavía no sabemos con seguridad cuándo desaparecerán.
Este es el primer estudio en donde se muestran dichos efectos de larga duración y que confirma con datos contundentes que hay afecciones después de la infección aguda. A diferencia del inicio de la pandemia, ahora ya tenemos más respuestas, aunque todavía necesitamos hacernos más preguntas y realizar más estudios al respecto.
Como médicos debemos estar conscientes y preparados para identificar si los síntomas de los pacientes están relacionados con estas secuelas del COVID e integrar a varios especialistas en el diagnóstico, ya que estas afecciones no dañan un sólo sistema sino todo el cuerpo, y los signos pueden variar mucho de una persona a otra.
Como pacientes, necesitamos comprender que la mejor forma de prevenir estas secuelas, es impedir el contagio (con la ayuda de la vacunación y las medidas de higiene), además de acudir al médico en cuanto se presente alguno de los síntomas, para confirmar si se trata de COVID largo o no y recibir el tratamiento correcto.
Mantener el ritmo en la aplicación de las vacunas, así como mantener las medidas preventivas y realizar más estudios nos ayudarán a prevenir más y a encontrar el mejor tratamiento para este padecimiento. Hemos podido superar las olas de contagios más grandes y estoy seguro que también, con el análisis y divulgación de estos estudios, encontraremos la mejor solución para estas secuelas de la enfermedad.
