Son como esos muros llorones en casa de una tía anacrónica.
Las quejas, las recomendaciones y las críticas, como gotas desordenadas de agua caen, se...
El único maestro que respeté en la adolescencia solía decirnos: “cuidado de no confundir opiniones con verdades”.
Se llamaba Severo Gámez Prieto y era un...