Quiénes militaron en la izquierda histórica, conocen muy bien esta frase entre muchas otras que se utilizaban para el debate político y más aún, con los adversarios ideológicos o en coyunturas en donde se debía avanzar, cuando se confrontaba y dialogaba con el Estado.
Se podría decir, que el actual régimen que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum ha avanzado dos pasos adelante en las últimas negociaciones con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Al lograr suspender por un mes, las amenazas sobre la aplicación de un 25 por ciento de aranceles a las exportaciones mexicanas.
En estos últimos días, la nube virtual ha estado cargada de información y narrativas sobre estos acuerdos, así como de otros temas delicados que estarán puestos sobre las mesas de negociación, entre las dos partes: flujos migratorios hacía el país vecino y los efectos que causan los llamados cárteles de la droga.
Sin duda alguna, que la táctica y estrategia de la presidenta en turno ha venido a darle una buena oxigenada a su administración, aunque hay que señalar, que estos asuntos bilaterales aún no están resueltos de fondo. Sin embargo, se restableció por el momento la certidumbre política necesaria con los sectores sociales, económicos y políticos del país. Algo fundamental para evitar una parálisis en la cadena productiva y un desgaste del gabinete.
Por lo mientras, se han implementado una serie de medidas acordadas, como enviar a 10 mil miembros de la GN, para reforzar la vigilancia en toda la frontera norte. Para evitar que las masas de migrantes de diferentes países intenten cruzar por esas partes del territorio nacional.
Estas crisis cíclicas entre los dos países no son nuevas, siempre han estado presentes cada vez que un gobierno de los EU, toma posesión. Tampoco son mejores los demócratas que los republicanos o viceversa, ambos han venido aplicado este tipo de amenazas y sus actos siempre buscan vulnerar la soberanía e intervenir en los asuntos internos de los países.
A las banderas de la migración, que siempre usan para sacar buenos bonos ante sus electores, hoy, Donald Trump, ha puesto otras más bajo su nueva doctrina ultraconservadora. Busca el proteccionismo comercial y el dominio racial entre los suyos.
A lo anterior sumo el aumento de impuestos como una forma de presión y sus acusaciones a los cárteles de la droga por los del fentanilo.
Nadie duda que Claudia Sheinbaum, haya ganado un tiempo valioso, para poder revertir la tendencia arancelaria de Donald Trump y sus asesores. Además de bajarle presión a su política de cerrar sus fronteras y volver a ser un tercer país que reciba migrantes.
En donde las cosas están complicadas es sobre el estatus en donde califica a los cárteles de droga como organizaciones terroristas. Un escenario latente que le permitirá llevar a cabo acciones de intervención para capturarlos.
La revisión comercial del T- MEC, es otro tema complejo al que se enfrentaran, puesto que Trump, no está de acuerdo con muchas de sus cláusulas comerciales que se firmaron junto con Canadá.
Busca que los Estados Unidos de Norteamérica, logren obtener más provecho de dicho tratado trilateral.
La pausa obtenida, junto con las mesas de trabajo, deben ser una oportunidad para el gobierno mexicano y establecer acuerdos de mediano y largo alcance, que favorezcan la cooperación y el desarrollo entre ambos países.
Porque las posturas y decisiones de Donald Trump cambian de un momento a otro, son no predecibles y buscan un nuevo orden global en donde ellos salgan ganando. “Trump es un troll. Y como todos los trolls, nunca es gracioso y nunca se ríe; solo canta victoria y se burla”
Pienso que el culto a la personalidad, los gritos nacionalistas y los dogmas de poco sirven en coyunturas de este tamaño como las que estamos presenciando. Solo se ha avanzado dos pasos y los temas bilaterales apenas se discutirán.
Pronto empezarán a exigir respuestas sobre el desmantelamiento de las “organizaciones criminales trasnacionales”, como ellos las han calificado.
Conclusión: La economía mexicana, aunque no es frágil, sí enfrenta peligros de una recesión económica, que a ningún sector social le conviene. El país requiere no estar bajo la presión dominante de los EU, las dos administraciones acaban de asumir el poder político y necesitan impulsar sus proyectos de desarrollo y crecimiento. Ahora sí, por el bien de México, primero la negociación y los acuerdos.