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lunes, abril 28, 2025

Mujeres Históricas y Contemporáneas de Tlaxcala

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En la cima de Xochitécatl (linaje de las flores), donde la niebla se funde con las piedras milenarias y las antiguas civilizaciones del altiplano tlaxcalteca, una transformación silenciosa germina desde el corazón mismo del pasado. En palabras propias de la directora de la zona, la arqueóloga Yajaira Mariana Gómez, catedrática de la UDLAP y candidata al doctorado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM; «No se trata sólo de rescatar y preservar vestigios, sino de reescribir el relato desde una mirada más justa, más incluyente. Es tiempo de las mujeres. A la par de la presidenta Sheimbaum, “es necesario consolidar la igualdad formal y sustantiva de las mujeres”».

Desde esta mirada de equidad e inclusión, la arqueóloga Yajaira Gómez ha transformado la Zona Arqueológica de Cacaxtla-Xochitécatl en un laboratorio vivo de memoria, perspetiva de género y comunidad con sentido de orgullo y pertenencia.

Hace apenas unos días se celebraron tres años desde que el museo de sitio Xochitecatl, el único en todo el Instituto Nacional de Antropología e Historia con guion museográfico de perspectiva de género, abriera sus puertas al público en marzo del 2022. Esta iniciativa y gestión corrió a cargo en su totalidad de la arqueóloga Gómez. En la inauguración diría la antropóloga y académica la doctora Marcela Lagarde “es un honor estar en este maravilloso museo que comparte una visión el mundo en que las mujeres en estas tierras eran íntegras y tenían el reconocimiento de su dignidad y sus libertades como expresadas en los muros, en los murales con figuras, con símbolos propios de mujeres que vivieron aquí pero que son universales. ¿Qué somos las mujeres sino cuerpos subjetivados, personas con historia, marcadas por su género como tan bien lo expresa este museo.”

Mujeres Históricas y Contemporáneas de Tlaxcala

Desde que asumió la dirección del sitio en 2015, Gómez ha desafiado la noción tradicional del patrimonio como un cúmulo de ruinas inertes, que pasivamente resisten el paso del tiempo. En su lugar, ha propuesto y creado un modelo en el que la arqueología sirve como espejo crítico del presente: un espacio donde las mujeres dejan de ser figuras periféricas del pasado para ocupar su espacio como protagonistas activas y muy vivientes de la historia.

Uno de los frutos más visibles de este enfoque es la exposición itinerante Mujeres Históricas y Contemporáneas de Tlaxcala, pronta a exhibirse a finales del mes de abril y que comenzará su recorrido en las escuelas secundarias y preparatorias de la zona acompañada de talleres, paneles y mesas redondas donde se hablará, entre otros temas, sobre la perspectiva de género. La exposición cerrará su recorrido en la Universidad de Tlaxcala. Más que un homenaje a las figurillas arqueológicas de todos los tiempos, al respecto nos comenta la arqueóloga Gómez «la exposición itinerante, es una declaración política: un esfuerzo por descentralizar el relato histórico, por descolonizarlo y reconocer las múltiples formas en las que las mujeres han moldeado —y siguen moldeando— la vida pública tlaxcalteca. Pretende además abrir un diálogo intergeneracional sobre lo que significa “hacer historia”».

La exposición itinerante dialoga de forma natural con uno de los tesoros arqueológicos del sitio: las figurillas femeninas halladas en Xochitécatl. En ellas se retrata a mujeres en distintas esferas de la vida prehispánica, desde la ritualidad hasta el trabajo de la vida diaria. Este legado tallado en barro, ajenas a ser piezas detrás de un aparador, han sido resignificadas como símbolo de una misión más amplia: proporcional visibilidada a las mujeres como agentes históricos, ayer y hoy.

La misma premisa también cobra vida en el mural colaborativo Mujeres de Cacaxtla, que celebra a todas aquellas que han aportado al resguardo del sitio: investigadoras, restauradoras, cuidadoras del entorno.

Cacaxtla Xochitecatl, patrimonio con rostro social

Entre las múltiples iniciativas bajo la dirección de la arqueóloga Gómez se destaca también  el mantenimiento mayor de la techumbre del Gran Basamento de Cacaxtla, y la instalación de la primera sala de lactancia en un recinto arqueológico, en colaboración con la Universidad Pedagógica Nacional.

A diferencia de otras zonas arqueológicas, Cacaxtla Xochitecatl se distingue por su carácter profundamente comunitario. Gómez ha tejido lazos con colectivos de personas con capacidades diferenciadas, infancias neurodivergentes, mujeres rurales, la comunidad LGBT+ y artesanos locales, articulando un programa cultural que entiende el patrimonio como un bien común, diverso y vivo, no solamente para el turista nacional e internacional. Todas estos impulsos tienen el propósito de acercar a los pobladores de la zona, de restaurar en ellos un sentido de orgullo y pertenencia de su espacio, de apropiarse de su historia.

Ferias gastronómicas, exposiciones, cursos de verano bioculturales y jornadas escolares son parte de las muchas estrategias y miradas de la arqueóloga Gómez que apuestanpor la apropiación social del sitio: “En este sentido, la arqueología deja de ser un discurso desde arriba para transformarse en un puente horizontal hacia la identidad colectiva”, puntualizó.

Mirar el presente desde el pasado

Desde esta trinchera cultural la arqueóloga Gómez también ha abordado problemáticas urgentes como la contaminación del río Atoyac y la trata de personas. Con apoyo de investigadoras como la Dra. Ixchel Yglesias, surgió la muestra La trata sí existe, “un testimonio contundente sobre la violencia estructural que afecta a mujeres y niñas en Tlaxcala. La creación y organización de estas actividades reflejan una premisa clave: no se puede hablar de patrimonio sin hablar del contexto que lo rodea”, dijo.

La arqueología como pedagogía DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión)

Bajo la gestión y la mirada también humanista de Gómez, Cacaxtla-Xochitécatl se ha proyectado a nivel internacional. Desde pasantías que dan la bienvenida a estudiantes de universidades estadounidenses de las Grandes Ligas como Dartmouth College hasta colaboraciones con la Universidad de la Sorbona en París, el sitio se ha convertido en un semillero de investigaciones con enfoque de género, inclusión y justicia epistémica. Ejemplo de ello es uno de los proyectos emblemáticos Tras las pistas del pasado, una muestra que nació del simple acto de ordenar bodegas arqueológicas, y que hoy es una herramienta didáctica poderosa para comprender cada uno de los meticulososprocesos detrás del trabajo arqueológico.

Pero quizás su mayor logro ha sido mantener un equipo cohesionado en tiempos institucionales adversos. En un contexto de precarización y recorte presupuestal en el INAH, Gómez ha apostado por un liderazgo horizontal basado en la formación constante y la participación y capacitación activa de su equipo.

En la cima de Xochitécatl florece una nueva forma de entender el pasado: una arqueología viva y profundamente humana. Bajo la dirección y la mirada plural de la arqueóloga Yajaira Gómez, el patrimonio abandona su pose de vitrina inerte y se convierte en un acto de resistencia, en una pedagogía del presente. A través de exposiciones itinerantes, murales colaborativos y un museo de sitio únicocon perspectiva de género, Gómez ha logrado sembrar una memoria colectiva que reconoce a las mujeres como protagonistas de la historia. Su trabajo, anclado en la justicia social, la inclusión, la diversidad y el compromiso comunitario, es una invitación a contemplar el patrimonio con otros ojos: como un instrumento pedagógico, un espacio de diálogo, una plataforma de denuncia, un espacio para sanar, narrar y reimaginar colectivamente la historia.

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